miércoles, 1 de junio de 2011

Los abalorios no pasan de moda

Estos pequeños detalles se utilizaban ya desde el Paleolítico y son un elemento presente en muchísimas culturas. Pero, antes de nada, lo mejor es aclarar lo que es un abalorio según definiciones.

Si se mira la Wikipedia la definición que da es que los abalorios o las cuentas son  “objetos pequeños de forma esférica con una perforación, que se pueden unir para formar collares o brazaletes, o también pegar sobre la ropa o muebles”. Sin embargo, en diccionarios como WordReference un abalorio es o bien “cuentecillas de vidrio agujereadas para hacer collares o adornos” o bien “cualquier adorno de poco valor”. Más adelante se comprobará como estas dos definiciones son inexactas pues ni todos los abalorios tienen forma esférica ni son siempre cuentecillas de vidrio.

Primer abalorio encontrado en España
Joya egipcia
Joya azteca
Joya maya
Ya desde la prehistoria se elaboraban cuentas con piedras y guijarros con un agujero en el centro y se cree que las primeras aparecieron hace unos 40.000 años. En España se halló en 2009 un abalorio de unos 26.000 años de antigüedad hecho con el colmillo de algún pequeño carnívoro con una perforación para hacerse un colgante. Gracias a las excavaciones arqueológicas se han encontrado adornos elaborados con oro pertenecientes a la civilización Mesopotámica y la India. En este último país las cuentas solían ser de coral, plata o turquesa y ahora mismo es un gran productor de cuentas de plata, piedras semipreciosas y madera. En Egipto se elaboraban abalorios de cristal y entre los nobles era común regalarse collares con cuentas de piedras semipreciosas, cristal y cerámica. Y en la cultura azteca se usaban como elemento que formaba parte de sus vestimentas. Así, los hombres con más poder se adornaban el maxteil (taparrabos) con cuentas doradas. También tallaban collares y pulseras con oro y piedras semipreciosas que se usaban como complemento y moneda de cambio. En general, todas las culturas precolombinas realizaban elementos de decoración con cuentas de jade, cristal y oro. La cultura inca utilizaba las cuentas de oro, plata y piedras semipreciosas para decorar telas y elaborar collares y pulseras. Las piedras preciosas más utilizadas eran la turquesa, el cristal de cuarzo, el ónix, el jade y la obsidiana. El jade tuvo una gran importancia en otra cultura precolombina, los mayas, pues se usaba para hacer máscaras que cubrían el rostro de los nobles una vez muertos. Además, en la cultura mongol y la bizantina los nobles llevaban collares de perlas.
Joyas norteamericanas
Haciendo distinción por zonas geográficas, en América del Sur y América Central las culturas indígenas desarrollaron tradiciones para la fabricación de abalorios y en América del Norte se hacían muchas cuentas con plumas y conchas. Además, los chamanes de las tribus utilizaban cuentas de piedras para contactar con los espíritus y la piedra preferida para hacer amuletos que protegieran contra los males era la turquesa.
En África (considerada cuna de las tradiciones que tienen que ver con las cuentas), hay infinidad de leyendas sobre la elaboración de los abalorios y su uso en los rituales. En este continente se hacían con legumbres, huesos, semillas, colmillos de animales y la cáscara de los huevos de avestruz, aunque algunos también se hacían con metal, cristal en polvo o piedras de colores, sobre todo azules y amarillas. Los collares con los que adornaban su cuello algunas tribus africanas tenían un significado según los colores de los abalorios que se utilizaran para su elaboración. En Asia, por otro lado, hay multitud de países que son grandes creadores de abalorios de muchísima calidad. Por ejemplo, Japón es el primer productor de perlas, aunque también hacen cuentas de coral y porcelana y China produce muchísimos abalorios de jade, plata, porcelana blanca y azul y perlas de río. En cuanto a Europa, ya los druidas de las tribus celtas usaban las cuentas de piedras semipreciosas muchísimo y conocían bien el poder “mágico” de estas piedras por lo que las utilizaban para curar a la gente, en el arte de la meditación y en la premonición. Asimismo, las cuentas británicas de azabache fueron muy populares en la época victoriana y en Escocia hay una tradición que hace conservar las joyas hechas con cuentas de piedras como herencia familiar. Mismamente entre las joyas de La Corona hay una gema que dicen que tiene virtudes excepcionales durante periodos de guerra, el rubí del Príncipe Negro, que en la actualidad se encuentra engarzado en la Corona Imperial. A partir de esta leyenda se creó poco a poco la historia de las piedras pertenecientes a cada signo del zodiaco (la piedra del signo de Aries es el diamante, la de Tauro, la esmeralda; La de géminis, la ágata; La de Cáncer, la perla; La de Leo, el rubí; La de Virgo, el zafiro; La de Libra, el ópalo; La de Escorpio, el jaspe rojo; La de Sagitario, el topacio; La de Capricornio, el azabache; La de Acuario en la aguamarina y la de Piscis la amatista). En la península itálica hay un centro de cuentas en la isla de Murano, que dominó el comercio de cuentas desde el Renacimiento y que ahora es famosa por dar nombre a un tipo de cristal muy delicado. Además, Nápoles fue un gran productor de cuentas de coral durante siglos. Pasando a Europa Central, en Moravia y Bohemia se elaboran abalorios muy  buenos de cristal. El uso de las cuentas ha sido también una forma de mostrar riqueza ante los demás, como hacía por ejemplo Enrique VIII al mostrar siempre una gran cadena de cuentas de oro. Pero no sólo tienen ese uso los abalorios pues también demuestran, dependiendo de la cultura, rango, edad, posición social o estado civil. Como ejemplo ilustrativo, una chica zulú (una tribu africana) debe escribir las cartas de amor en un lenguaje basado en cuentas de colores.
Joya africana

Como ya se sabe, la forma de vestir y comportarse es muy diferente en la actualidad a lo que era en la antigüedad. Sin embargo, el concepto de abalorio no ha cambiado, todavía se cree en algunos sitios que los abalorios tienen funciones protectoras, como las cuentas de coral rojo o las de los “rosarios”, usadas para contar las oraciones tanto en la religión católica como en la budista.

En cuanto a los tipos de abalorios los hay de distintas formas, colores, materiales y calidades. Si se tiene en cuenta los materiales, los cristales son importantes(Murano, Bohemia, checo y austriaco o de Swarovski). Asimismo, los abalorios de metal, madera, cerámica, de elementos naturales como conchas y corales, de plástico, piedras semipreciosas, ámbar y azabache son los más utilizados. No se debe olvidar que las definiciones del principio decían que los abalorios sólo eran esféricos y de cristal. Ya se ha demostrado que no son sólo de cristal pero... ¿ son todos esféricos?. La respuesta es que tampoco. Hay cuentas con forma esférica, si, pero también cilíndrica, en forma de cono, cubo, lágrima, tubulares y de otras formas geométricas.

Carta de colores de los cristales de Swarovski
Por otro lado, la elaboración de los abalorios ha sido una técnica muy valorada desde el inicio de las primeras civilizaciones. En Egipto su creación se dividía por gremios que se especializaban en diferentes materiales y técnicas cada uno. Las técnicas inventadas por los egipcios se han mantenido en secreto por mucho tiempo ya que, por ejemplo, en la época renacentista en Venecia se castigaba con pena de muerta a quien desvelara los secretos comerciales. En la actualidad, los verdaderos talleres de abalorios cuentan con unos ochenta trabajadores que producen unas doscientas piezas diarias cada uno, como los de Jablonec (República Checa). Las mejores cuentas son las realizadas a mano, por ejemplo, a partir de conchas o porcelanas diseñadas para el mercado europeo de la moda. Una vez se ha conseguido la forma deseada se debe perforar la cuenta. En las culturas precolombinas se perforaba las cuentas con forma de cono por ambos lados. Sin embargo, las cuentas de cristal se suelen elaborar en torno a un alambre que, al ser retirado, deja un agujero. Por otro lado, las cuentas de metal, piedra o madera se agujerean con un láser o un taladro eléctrico. Tras el invento del vaciado la producción de cuentas esféricas aumentó muchísimo al existir la posibilidad de que todas fueran idénticas. Para seguir con el secretismo en la elaboración de abalorios, en 1985 aproximadamente, Daniel Swarovski inventó un modelo automático para la creación de cuentas de cristal. En la actualidad el secreto está tan guardado que los propios trabajadores de la fábrica no tienen acceso a algunas zonas.

Una vez todas las cuentas tienen la forma deseada se les da diferentes acabados dependiendo del material. Para la madera lo mejor es el papel de lija y pasar piel de ternera por los abalorios de cristal les da brillo. Atendiendo al color, puede ser el mismo color de la cuenta o uno artificial que se añade cuando el abalorio tiene la forma y el acabado perfecto. Los colores se crean con óxidos, barnices y pinturas especiales. Con mezclas de óxidos se colorean las cuentas de cerámica y las de madera, a las que luego se da un ligero barniz. En cuento a las piedras semipreciosas, suelen teñirse o tratarse con calor para que sus colores naturales se realcen.

Tras este detallado repaso habrá mucha gente que se anime a hacer algo con abalorios o comprar algún detallito hecho de manera artesanal con cuentas. Pues bien, para ello existen numerosas tiendas de abalorios que cuentan con todo lo necesario para poder hacer tus propios complemento. En ellas se pueden encontrar abalorios de todas las formas, colores y materiales que permiten hacer elementos únicos. En Valladolid hay una tienda especializada en las cuentas de todo tipo llamada Los secretos del Desván, y su dueña, muy amablemente, me contó todos los secretos de este negocio:

La dueña de la tienda confesó que tomó la decisión de poner una tienda de abalorios hace unos 6 años y que fue totalmente producto de la casualidad pues ella era aficionada a hacer cosas de abalorios como hobby y se las vendía a sus compañeras de facultad pero no era para nada vocación. Asimismo, asegura que sus clientas no tienen un perfil concreto pues hay desde madres que quieren hacer algo para sus hijos hasta señoras de 95 años pasando por chicas de 20 que tienen como hobby hacer bisuteria y que incluso venden sus creaciones en sus blogs a través de Internet. Además, afirma que le encanta el mundo de la moda y todo lo que tiene relación con ella, pues lee muchas revistas y le gusta ver desfiles y que es muy imaginativa.

Comentó también que cuando era pequeñita se hacía collares con las estrellitas de la sopa de estrellas y que la inspiración para sus creaciones le puede llegar dando un paseo por un campo lleno de flores como con cualquier cosa. Dijo: “en cuanto a eso toco madera para que mi inspiración no se vaya. Porque a veces tienes muchísimo material pero no sabes que hacer con el. Es lo que me dicen muchas clientas :yo compro y es que luego no se que hacer”. Asegura también que lo que se lleva ahora mismo son las piezas de metal porque hay un furor con las pulseras de cuero con este tipo de piezas y las perlas blancas que en Valladolid siempre se llevan mucho. Sin embargo, como dijo, ha habido momentos en los que se vendían mucho las piezas de cristal para hacer collares pues es algo que va por temporadas.

Afirma que tiene una clientela habitual que va a la tienda una vez a la semana o dos veces a la semana pero que son las mismas clientas las que dicen: “es que ahora estoy dejando un poco esto porque tengo tantas pulseras que ya no sé que hacer con ellas”. Es algo que va por periodos pues luego hay gente nueva que se aficiona, empieza a ir a la tienda y se convierte en clienta habitual. En cuanto se le preguntó si con la crisis había más gente que se comprara abalorios para hacerse ellos mismos los complementos en vez de comprarlos ella, dijo que no está claro hasta que punto esto es así pues es más un tema de afición que de lo que realmente uno se pueda ahorrar haciéndose el mismo un collar con abalorios en vez de comprándoselo hecho pues hay collares con los que es muy difícil competir por sus bajísimos precios. Cree que la gracia de esto es que uno puede llevar algo exclusivo, algo que no todo el mundo lleva. Comentó también que de abalorios tiene sus almacenistas pero que lo más llamativo es que tiene piezas de una diseñadora inglesa que trabajó para Valentino en su taller de diseño y que ha sacado una colección de cosas en cuero que le gustó. La conoció en Madrid en una feria de joyería y la diseñadora inglesa decidió trabajar con ella, cosa que agradece porque esta mujer prefiere tener 50 clientes en España que ser fija de El Corte Ingles quienes ya le hicieron una proposición así que ella rechazó.
Una de las paredes de la tienda

Asegura la dueña de la tienda que ella aprendió a diseñar bien en algunos cursos a los que ha ido, pues hay técnicas que se deben aprender, que no vienen por inspiración, o bien de manera autodidacta a base de mucho probar. Además, procura que los colores de los complementos que ella diseña sean los de la temporada, como el beige, el coral o el azul marino que son los reyes del verano.

Esta tienda hasta hace muy poquito ocupaba una esquinita del paseo Zorrilla a la altura del Parque Alameda y ahora se encuentra a muy poca distancia del local antiguo en un espacio más grande. La dueña de la tienda explicó que el motivo del cambio fue que en la anterior tienda no entraba nada más pues sólo podía tener abalorios, no podía meter tocados y complementos como ella quería y encima los abalorios que llegaban nuevos ya no entraban. Por ello decidió adquirir un local mayor a unos 20 metros de dónde estaba el anterior pues lo que no quería era irse del barrio al tener ya clientes fijos.

Algo sorprendente es que contó que los hombres también se animan a la creación de complementos y que tiene clientes que compran abalorios para hacer complementos por encargo a mujeres aunque también les hay que les gustan las pulseras y se las hacen. No es la tendencia mayoritaria, aseguró, pero existe, lo que está haciendo que adquiera más piezas para chico. Asimismo, comentó que los abalorios que ella vende cuestan desde 5 céntimos el más barato hasta los 12€ del más caro de piedra natural pasando por los 5€ que pueden costar las piezas de cristal. Aunque si tiene que establecer una media considera que está en los 2€.

Y, para finalizar, aseguró que es muy difícil establecer un estilo para gente de diferentes edades pues lo mismo hay una chica de 20 que se hace collares de perlas y se compra broches con camafeos y organza como mujeres adultas que se compran cosas de la colección Érase una vez, que tiene imágenes de cuentos infantiles como señoras mayores que mezclan las piezas de Swarovski con bolillo o se hacen pulseras con gomas. Por ello considera que es mejor hablar de estilos que de edades.

Dos clientas de esta tienda, Ana y Carmen, comentaron que suelen ir a la tienda con bastante frecuencia. Ana compra cuentas para hacerse sus complementos ella misma y nunca los vende. Carmen por su parte ha decidido adquirir en esta tienda los regalos de madrina para la boda de su hijo ya que considera que la dueña trabaja muy bien los abalorios y hace cosas muy bonitas.






También estuvo muy de moda durante un tiempo hacer figuritas de animales y dibujos animados con pequeños abalorios de plástico de colores y algunas páginas web como  http://www.abalorios.net/aba/index.asp que tienen una gran colección de figuras y enseñan mediante ilustraciones como hacerlas. Yo, por mi parte, intenté hacer un cocodrilo y es este de la foto, pero seguro que hay gente que ha conseguido hacer cosas mucho más elaboradas y bonitas. Por ello animo a todos los lectores a mandar sus creaciones a fernandez.rosalía.camila59@gmail.com y todas las fotos recibidas se incluirán en esta entrada.
Leyre Magdaleno Ribacoba

2 comentarios:

  1. Hola, donde está la tienda ahora?
    Hace tiempo q cerró y me contaron q se había trasladado al centro. Lo sabes? Gracias!

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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